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Consejos para mejorar la visita al veterinario

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1. ¡Ve preparado!

Tanto si eres el nuevo propietario de una mascota o si se trata de tu primera visita a un nuevo veterinario (por ejemplo, después de un cambio de casa) o si se trata de una consulta con un especialista, es importante que lleves contigo el historial médico de tu mascota. Esto ayudará a tu veterinario y a su equipo a dar a tu mascota el mejor cuidado.

En el caso de visitas rutinarias, ve preparado para dar a tu veterinario una lista de las marcas de comida y cualquier medicamento que administres a tu mascota. Sé todo lo preciso que puedas y menciona cualquier dieta específica, así como cualquier premio que le des de manera regular.

Menciona cualquier cambio en su ingesta de comida o de agua: la pérdida del apetito, o, al contrario, un consumo excesivo debe ser una señal de advertencia. Asimismo, habla con tu veterinario si el nivel de energía de tu mascota, su comportamiento o su estado normal han cambiado (si tiene vómitos o diarrea).

¿Sospechas que tu mascota puede estar enferma? Prepara una descripción precisa de su estado, de los síntomas que hayas notado y de cuánto tiempo los llevas observando.

Para ayudarte a recordarlo todo y sacar el mayor partido a tu visita al veterinario, prepara una lista de preguntas antes de la cita.

2. Prepara a tu mascota

 

Incluso una simple visita rutinaria puede ser estresante para tu mascota, con contacto con otros animales (algunos de ellos podrían ser agresivos), o personas que no conocen.

 

Si puedes, ve a la clínica veterinaria con tu mascota unos días antes de la cita, cuando tu mascota esté tranquila. Esto le ayudará a familiarizarse con el personal de la clínica.

 

En casa haz alguna de las cosas que experimentará tu mascota durante la visita, por ejemplo, inclínate sobre ella, sujétala y pálpala, especialmente en la zona de los ojos, las orejas y las patas. Asegúrate de que resulta una experiencia agradable. Hacer ejercicio antes de tu cita contribuirá también a que tu mascota lo perciba como una visita más calmada y relajada.

 3. En la clínica

Lleva a tu perro con correa cuando entres en la clínica veterinaria. Si tienes un gato, no lo saques de su trasportín. Lleva un objeto familiar contigo, como una mantita o un juguete. Esto hará que tu mascota se sienta más cómoda y menos estresada.

Los perros y los gatos sienten las emociones: si estás estresado ellos también van a estar estresados.

Así que, durante la visita, intenta mantener la calma.

Una visita al veterinario es también una oportunidad para preguntarle cuál es la mejor manera de ponerse en contacto con él (por teléfono, por correo electrónico, con un mensaje de texto) y cómo contactar con el equipo veterinario en caso de una emergencia médica. Anótalo todo en el historial médico de tu mascota.

 4. Después de la visita

Justo después de la visita, si el estado de tu mascota lo permite, lo mejor es llevarla a pasear o jugar con ella como recompensa.

Si se ha prescrito un tratamiento médico, anota cualquier cambio en el consumo de agua y comida, en su comportamiento y anota también cuándo desaparecen los síntomas. Tendrás que decírselo al veterinario en la visita de seguimiento.

 

 

Consejos y trucos

  • La llegada de la primavera trae consigo temperaturas más suaves, mayor actividad al aire libre y un entorno ideal para que las mascotas disfruten. Sin embargo, esta estación también supone un incremento en la presencia de parásitos externos e internos que pueden afectar a la salud de perros y gatos. En este artículo te explicamos qué riesgos existen y cómo proteger a tu mejor amigo.

  • Las alergias en gatos son más comunes de lo que muchos dueños imaginan. Al igual que los humanos, los felinos pueden desarrollar reacciones alérgicas a diversos agentes, desde alimentos y picaduras de insectos hasta sustancias presentes en el ambiente. Identificar los signos a tiempo y adoptar los cuidados adecuados es fundamental para garantizar el bienestar y la salud de tu gato. En este artículo, exploramos los tipos más comunes de alergias en gatos, los principales síntomas a los que debes prestar atención y cómo ofrecer los mejores cuidados.

  • Cuando se trata de cuidar a los animales de compañía, muchos dueños cometen el error de tratar a los gatos como si fueran versiones pequeñas de los perros. A pesar de que ambos son compañeros increíbles, los gatos y los perros tienen necesidades, comportamientos y fisiologías muy distintas. Comprender estas diferencias es clave para proporcionar a tu gato una vida larga, saludable y feliz.  

  • Cuando un perro muestra temor ante diversos estímulos, como personas, otros animales o entornos desconocidos, es natural que te preocupes y busques formas de ayudarle. El miedo en los perros puede manifestarse de múltiples maneras y es esencial comprender sus causas para abordar el problema de manera efectiva.

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